Los estudiantes del Taller de Teatro Callejero de escuela Artística Vocacional 5-014 de Las Heras, comparten su experiencia de hacer teatro, en tiempos de cuarentena.

Para aquellos que deciden asistir a una de las 29 Escuelas Artísticas Vocacionales, dependientes de la Dirección General de Escuelas, desde la resistencia frente al no poder encontrarse en el ambiente escolar, por el distanciamiento social, es que se realza la «relevancia del convivio«.

Se anularon todos los convivios, no solamente en los encuentros semanales que compartían, sino también en las confiterías, las calles, los supermercados, el templo, las canchas. Al estar restringidos porque el cuerpo del otro es una amenaza, algo que antes naturalizábamos empieza a aparecer como fundamental. La contrapartida a esta ausencia es la multiplicación de «tecnovivios», pero también hay nuevos convivios, presentes en las manifestaciones en terrazas, balcones y ventanas.

Recordemos que, en Los cuentos de la peste, de Mario Vargas Llosa, los personajes se aíslan en la Villa Palmieri, en Florencia, para escapar de la terrible peste negra que andaba deambulando por toda Europa. Se reunían a contar historias, para poder escapar del mundo trágico del afuera inhabitable y esperar a que la peste terminara, dando paso a la imaginación y el jolgorio de la fiesta, para transformar al miedo, que se halla agazapado entre la enfermedad y la muerte. Ahora que somos carnes prisioneras de una peste, los teatreros deben hacer lo mismo: inventar historias, crear, preparar algo para seguir en el resurgimiento constante teatral.

Compartimos conustedes la experiencia de los estudiantes de la Escuela Artística Vocacional N° 5014 “Maestro Florentino Olivan” del Barrio UJEMVI, del departamento Las Heras.

Fuente: Coordinación de Educación Artística