El Programa “Acompañar: Puentes de Igualdad II” llegó a 43 escuelas de la zona Este

Se comparte la experiencia del equipo de tutores, becarios y referente territorial de la zona Este, en la que la iniciativa se desarrolla en los departamentos La Paz, Santa Rosa, San Martín, Junín y Rivadavia.

El Programa Acompañar tiene como objetivo atender las trayectorias educativas de estudiantes de niveles Primario y Secundario, debilitadas como consecuencia de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19. Participan estudiantes de carreras de formación docente de Nivel Superior, quienes brindan apoyo escolar en las instituciones, y fue implementado en toda la provincia gracias a una articulación internivel promovida desde el Ministerio de Educación de la Nación y la Dirección General Escuelas (DGE).

La zona Este comprende los departamentos La Paz, Santa Rosa, San Martín, Junín y Rivadavia, donde el programa llegó a 43 escuelas, 34 escuelas primarias y nueve instituciones secundarias, seleccionadas al considerar la población estudiantil que tenían con trayectorias débiles.

La ejecución del programa estuvo a cargo de la referente territorial Juana Rodríguez, junto a ocho tutores y 43 becarios pasantes (estudiantes avanzados en formación docente o docentes nóveles) que son los encargados de efectuar las tareas de apoyo en cada escuela.

“El programa es una experiencia escolar educativa que permite, por un lado, resignificar el desarrollo profesional de estudiantes avanzados de los diferentes profesorados del Nivel Superior, y docentes nóveles recientemente egresados que aún no se insertan en el campo laboral; y, por otro lado, ofrece el acompañamiento situado y presencial en cada institución elegida, para atender las trayectorias débiles, favoreciendo la permanencia y el egreso de los alumnos que se encuentran en el contexto de vulnerabilidad educativa, como consecuencia de la emergencia de sanitaria por la pandemia de COVID-19”, explicó Rodríguez.

“Los becarios pasantes tienen una activa participación en el abordaje pedagógico y didáctico en los procesos de aprendizaje, en el marco de un plan institucional que establece el esquema de trabajo construido con todos los actores intervinientes: supervisores, directores, docentes, profesores, becarios, alumnos y la comunidad”, destacó Rodríguez, en referencia a la labor que desarrollan los becarios.

Las modalidades de trabajo han sido diversas, de acuerdo al requerimiento de cada escuela y población estudiantil. En algunas se ha priorizado el acompañamiento al docente o profesor a través de parejas pedagógicas, mientras que en otras se han organizado agrupamientos de estudiantes para avanzar en formato taller a través de apoyo escolar, a la par que se realizaban talleres de lectura y escuela de deberes.

“Desde la implementación del programa, se han visto grandes logros en fluidez y comprensión lectora, que era una de las líneas más importantes”, detalló la referente territorial, para subrayar la gestión que, en algunos casos, fue más allá de lo que el programa planteaba. “Incluso hemos podido hacer adaptaciones de horarios y gestionar viandas para los chicos, para que pudieran quedarse en horario de jornada extendida y recibir el apoyo de los becarios”, continuó la referente territorial.

“Para la mayoría de los becarios esta ha sido su primera experiencia laboral y, por eso, hemos trabajado mucho junto a los tutores, acercándoles estrategias y modos de actuar en las instituciones, a las que llegaban en muchos casos como primera experiencia en su profesión”, manifestó Rodríguez, al resaltar la importancia del abordaje conjunto.

Tutores y becarios: construyendo puentes

Matías Cabello tiene 26 años y egresó en julio de 2020 del IES 9-006 “Francisco Humberto Tolosa”, de Rivadavia, como Profesor de Matemática en educación secundaria, y trabaja como tutor en cinco escuelas que reciben el Programa Acompañar. “Decidí participar porque en ese momento, cuando me inscribí, estaba trabajando en una sola escuela, en Palmira, como profesor de apoyo. Si bien estaba adquiriendo experiencia, quería seguir avanzando y me inscribí en el programa para avanzar en mi formación, aprendiendo y conociendo la forma de trabajar en las escuelas, junto al personal docente y directivo”, explicó.

Cabello agregó que “como tutor me encargo de acompañar a las becarias; muchas están estudiando o se acaban de recibir, y no han trabajado aún en las escuelas, pero a partir de su trabajo en el programa están conociendo cómo es la dinámica, cómo funciona una escuela, cuál es la función de cada eslabón, del personal que trabaja. Mi función es transmitir los conocimientos y ayudarlas a formarse”.

“Lo que puedo observar gracias a mi trabajo, a través del programa, son las distintas realidades, los diversos contextos y necesidades que tiene cada escuela y cada alumno. Lo lindo de este programa es que ayuda a sostener cada espacio”, añadió Cabello, a la hora de ponderar la labor de “Acompañar: Puentes de Igualdad II” en las instituciones.

Por su parte, Marianel Gallardo, de 24 años, y egresada del IES 9-006 “Profesor Humberto Tolosa”, de la carrera de Profesorado de Matemática en Nivel Secundario, cuenta que se inscribió como becaria del programa Acompañar y que esta es su primera experiencia como docente.

“En mi caso, me recibí en plena pandemia, en 2020, y me costó mucho ir siguiendo los llamados y no poder acceder a ninguno, porque todavía no tenía los papeles para presentarme a los primeros llamados, y los cuartos llamados me quedaban muy lejos”, relató Gallardo, al rememorar lo que la motivó a inscribirse en el Programa. “Me ofrecía la oportunidad de vivir mi primera experiencia dentro de una escuela como profesora, no como estudiante realizando prácticas, y, como nos pagaban, me servía mucho también porque no estaba trabajando y quería trabajar de lo que había estudiado”.

Gallardo dijo que “gracias al programa me sentí más motivada y conseguí mi primera entrada de manera profesional en una escuela. Todo lo que estoy aprendiendo, la manera en la que trabajo con chicos que no quieren hacer las guías, cómo me tengo que relacionar con el centro pedagógico, cómo debo moverme dentro de la escuela, entendiendo el rol que cumple cada uno, cómo comunicarme; son muchas las cosas que me llevo”.

Marianel trabaja como becaria en la escuela de Medrano, fue pareja pedagógica de profesores y brinda apoyo escolar a alumnos con trayectorias débiles que se habían retrasado en las tareas. “Con los chicos es muy lindo trabajar, son muy respetuosos y atentos. Cuando he hablado con ellos, la mayoría me ha dicho que durante el período de pandemia en el que cursaban desde sus casas les costaba sentarse a hacer las tareas o les frustraba mucho el hecho de tener que resolver algo que no entendían, que, si bien veían que los profesores se esforzaban por explicarles a través de WhatsApp, ellos no entendían y se sentían mal y desmotivaban, y así pasó el tiempo y se fueron atrasando en materias”.

“Siento que los he podido ayudar, hemos avanzado mucho, ya hay cursos que no deben guías, son muy inteligentes, pero les faltaba esa motivación, que alguien se ponga a su lado y les explique. Lo lindo de trabajar con las apoyaturas es precisamente eso, que una va alumno por alumno adaptando la metodología de enseñanza al perfil de cada uno. Algunos aprenden leyendo, otros necesitan relacionar los contenidos con ejemplos de la vida cotidiana, entonces eso me permitió tener una atención personalizada y eso les permitía, a la par de que iban avanzando en sus trabajos, contarme a mí que es lo que sentían con las materias, por qué se atrasaron, qué les cuesta, cómo se sienten en la escuela, me gustaba eso porque no solo los conoces a nivel académico, sino también a nivel personal, y eso es una herramienta muy importante para poder llegar a los chicos”, concluyó Gallardo.

Fuente: Prensa DGE