El Ministerio de Educación, a través del IPAP, y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) realizaron un encuentro para reconstruir la comunicación en entornos educativos
La convivencia escolar es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de los estudiantes. Por eso, la Dirección General de Escuelas (DGE) continúa sumando herramientas para fortalecer los vínculos dentro de las comunidades educativas.
En este contexto, la doctora Noemí García Sanjuán, de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), encabezó una charla en la UNCuyo sobre prevención y mediación de conflictos en sistemas educativos, dirigida a todos los actores del sistema provincial.
Durante su presentación, la especialista compartió experiencias y metodologías orientadas a prevenir situaciones de conflicto antes de que escalen, así como a reconstruir la comunicación entre los distintos actores: docentes, familias, estudiantes y equipos institucionales.
En la previa de su exposición, García Sanjuán comentó algunas estrategias, herramientas y conflictos habituales en contextos escolares. Señaló que su objetivo “es despertar inquietud e interés, y tomar conciencia de que podemos hacer cosas”.


Además, reflexionó:
“A veces nos proponemos objetivos demasiado grandes y pensamos que debemos erradicar o cambiar radicalmente la convivencia, que tenemos que reducir a cero las situaciones de violencia. Pero si, como docentes, logramos mejorar la vida de uno de nuestros estudiantes, ya estamos haciendo algo bueno”.
Agregó que espera que, de este encuentro, “los profesores se marchen con la certeza de que tienen un gran potencial y de que pueden hacer mucho bien a sus estudiantes”.
¿Hay algún tipo de conflicto más común en las escuelas y cómo empezar a prevenirlos?
Es un poco arriesgado hablar de patrones cuando la diversidad es tan amplia y existen contextos muy distintos. Sin embargo, es cierto que una de las situaciones que actualmente genera mayor alarma social —justificadamente— es el acoso escolar y el ciberacoso. La literatura señala que en casi todos los centros educativos existen situaciones de violencia entre pares, y una de las claves está en la detección lo más temprana posible.
Está demostrado que esto minimiza las consecuencias, que en muchos casos son muy graves. Para lograrlo, necesitamos docentes, familias y una sociedad en general sensibilizada con este tema. Detectar y comprender realmente lo que está ocurriendo es fundamental.
¿Qué herramientas se pueden facilitar tanto a las familias como a los docentes?
La herramienta principal es la formación. Existen programas que se están implementando en muchos centros, aunque no hay un instrumento único o concreto. Personalmente, soy una fiel defensora de los programas universales, aquellos que están más vinculados con la prevención.
¿Qué actividades pueden servirles a los chicos en su vida cotidiana?
Una de las claves es fomentar y generar conductas prosociales, relacionadas con la capacidad de conectar emocionalmente con los demás y de reconocer cuándo alguien está sufriendo o cuándo hemos causado daño con nuestras acciones.
Uno de los problemas del ciberacoso, por ejemplo, es que quien agrede no ve las consecuencias de su acción. Al no percibir el daño que provoca, es más difícil que esa conducta se extinga. Por eso, es importante construir y generar espacios de prácticas restaurativas, donde pueda haber diálogo, donde se verbalicen las experiencias y donde la otra persona pueda expresar su dolor. Escuchar el daño causado —por uno mismo o por un tercero— permite tomar conciencia de que nuestras acciones pueden generar perjuicios.
¿La familia es clave también en este proceso?
Absolutamente. La familia es un agente esencial en este objetivo, no solo para mejorar la convivencia, sino también para promover el desarrollo integral, más allá del aspecto académico.
Hay una premisa importante: tradicionalmente se pensaba que la familia cuida y la escuela educa. Sin embargo, la familia cuida y educa, y la escuela educa y cuida. En realidad, deben ser dos socios necesarios en esta tarea compartida.
Alianza entre el Ministerio de Educación y UNIR
Como parte del trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación, dirigido por Tadeo García Zalazar, y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), la charla puso sobre la mesa la importancia de replantear las formas de abordar los desacuerdos.
También se destacó la necesidad de promover la escucha activa, la empatía y el trabajo colaborativo como herramientas para transformar las tensiones en oportunidades de aprendizaje.
García Sanjuán es doctora en Ciencias Sociales y magíster en Investigación sobre Familias, además de contar con formación en Trabajo Social, Sociología y Psicología. Su trayectoria combina la práctica académica con la intervención directa en contextos familiares y educativos, centrando su labor en el desarrollo de estrategias para la gestión pacífica de los conflictos y la promoción de una cultura del diálogo.
Fuente: Prensa DGE



