Desde el 17 de agosto de 2012, el pueblo de Mendoza cuenta, entre sus grandes monumentos en honor al General don José de San Martín, con el Memorial de la Banderas del Ejército de los Andes, el monumento que conserva el mayor de nuestros tesoros: la Bandera del Ejército de los Andes, la primera bandera independiente de América y el símbolo eterno de nuestra libertad.
El Memorial de la Bandera del Ejército de los Andes, se ubica en el Paseo del Bicentenario en la Provincia de Mendoza, frente a la Casa de Gobierno y fue diseñado con fines culturales, educativos y turísticos. Su misión es preservar la Bandera del Ejército de Los Andes, emblema de la libertad de América, y promover el conocimiento en torno a la figura del General Don José de San Martín y de la gesta sanmartiniana.
La Bandera de los Andes
Su ejecución nos es conocida a través de los testimonios dejados por Laureana Ferrari de Olazábal y por la crónica del general Espejo.
No se sabe con precisión la fecha en que se decidió su confección, ni de quien surgió la iniciativa. Es posible que la necesidad se le planteara a San Martín al recibir la comunicación oficial sobre la adopción de la enseña celeste y blanca por el Congreso de Tucumán. Dicha comunicación debió llegar a manos del general en setiembre de 1816, y a partir de ese momento se iniciarían los trámites para dotar de bandera al Ejército.
Según algunos autores, varias damas entre las que se contaba Mercedes Álvarez, Margarita Corvalán, Remedios Escalada y Laureana Ferrari encabezadas por Dolores Prats de Huisi, se ofrecieron para realizarla. También habrían participado religiosas de la Compañía de María. El general Espejo nos relata la dificultad para conseguir la tela necesaria. Por suerte, en una pequeña tienda del Cariño Botao, se halló sarga blanca y azul turquí con la que se formaron las dos fajas unidas verticalmente, la blanca en la parte que se liga al asta, y la azul al extremo. En el centro fue bordado el escudo con sedas de colores. De forma ovalada, encierra los emblemas de las manos unidas, la pica sosteniendo el gorro Frigio, coronado por un sol y orlado por ramas de laureles.
Ya con el Ejército dispuesto para la partida, una junta de oficiales designó Patrona a la Virgen del Carmen. El domingo 5 de enero de 1817, desde las cinco de la mañana, tuvieron comienzo las ceremonias de la bendición y jura de la bandera. Por la calle de la Cañada, el ejército vestido de gran parada, ingresó a la ciudad. Arcos y colgaduras jalonaban su paso hasta la plaza principal. Frente a la Matriz se había levantado un altar que ocuparía la imagen de la Virgen.
Encabezaba a las tropas el general Soler acompañado por el Estado Mayor. Al llegar al templo de San Francisco, un grupo ingresó a él trayendo en andas la imagen que se colocó a la cabeza de la formación. Tras ella, el Comandante en Jefe, el Gobernador Luzuriaga, miembros del Cabildo y otras autoridades. En la iglesia Matriz se bendijo la bandera y el bastón de mando del general y se ofició la Santa Misa. Concluida la ceremonia religiosa, San Martín desplegó la bandera ante el pueblo y el ejército en medio de los vítores y aclamaciones. Allí colocó en manos de la Virgen su bastón de mando como señal de su patronazgo sobre las armas libertadores.
Vuelto el ejército al Plumerillo, a las cuatro de la tarde se realizó la jura por parte de las tropas. Siete días más tarde, la bandera encabezaba la partida de la expedición hacia Chile, y recogía más tarde los laureles de Chacabuco y Maipú.
Antes de partir el Ejército Libertador hacia el Perú, San Martín dejó la bandera al cuidado de O’Higgins, quien la entregó a Da. Antonia Sánchez como depositaria. En 1823, el gobernador Pedro Molina gestionó su devolución a Mendoza.
En el terremoto de 1861, fue retirada intacta de entre los escombros de la Casa de Gobierno, pero pocos años más tarde, durante la «revolución de los colorados», la bandera fue retirada de allí y llevada a Chile. Merced a los esfuerzos de Elías Godoy Palma, la reliquia fue recuperada y asegurada dentro de una vitrina. Al repatriarse los restos del Gran Capitán, fue llevada a Buenos Aires para cubrir sus despojos, permaneciendo en aquella ciudad hasta 1888 en que regresó a Mendoza. Estuvo presente en la ceremonia de inauguración del monumento al Libertador en Santa Fe, en 1902 y después de esta fecha ya no abandonó la capital de Mendoza.
Durante muchos años ocupó una sala privilegiada en la Casa de Gobierno, desde donde presidió los actos más significativos de la vida política de la provincia que a su sombra concurrió a la independencia americana.
Desde el año 2012 la bandera del Ejército de Los Andes está en una de las salas del edificio del Memorial. En otra sala están dos banderas realistas que San Martín capturó en las campañas de Chile y Perú, y la tercera sala es un auditorio con capacidad para cincuenta personas donde se realizan conferencias y proyecciones. Además, el Paseo del Bicentenario también incorpora una gran fuente oval de cuarenta metros de longitud, la cual alberga una maravillosa escultura metálica del maestro mendocino Roberto Rosas, dos torres de luz con textos alusivos y la llama votiva del General San Martín y del soldado de la independencia.
Localidad:
Virgen del Carmen de Cuyo S/N, Ciudad de Mendoza, Mendoza.
Coordenadas:
- Latitud: -32.8979
- Longitud: -68.8486
Fuente: GOBIERNO DE MENDOZA. DIRECCIÓN DE PATRIMONIO, MUSEOS Y BIBLIOTECAS. ARCHIVO HISTÓRICO. MONUMENTOS Y LUGARES HISTÓRICOS RELACIONADOS CON LA GESTA SANMARTINIANA. Serie: Investigaciones – Nº 4. MENDOZA. 1990
Fuente de las imágenes: Ente Turismo de Mendoza | Memorial de la Bandera