Un Centro de Capacitación para el Trabajo y Formación Profesional está ubicado en una zona urbana, con amplio acceso al transporte público de pasajeros, asisten 125 estudiantes con características heterogéneas en cuanto a edad, formación académica y situación socioeconómica. Las especialidades que más estudiantes concentran son las de Gastronomía, Soldadura, Electricidad del hogar y Artes Aplicadas. El equipo docente está conformado por 25 docentes de los cuales más del 50% son suplentes.
La institución tiene una oferta diversificada, dictando en turno mañana Gastronomía y Electricidad; en turno tarde se dicta Soldadura y Artes Aplicadas y en vespertino cuenta con curso de Gastronomía y otro de Artes Aplicadas.
Los docentes cuentan con aulas, un entorno formativo que cuenta con lo mínimo para realizar las prácticas e insumos para desarrollar el proceso de enseñanza.
En la escuela se inscribe una estudiante que posee discapacidad motriz en sus miembros superiores e inferiores y utiliza silla de ruedas para desplazarse.
Si bien el aula designada para el curso se encuentra en zona de fácil acceso, los baños no poseen adaptación para la silla de ruedas.
La docente a cargo del curso de Artes Aplicada en el que se inscribió la joven, hace años que pertenece al CCT y ante la presencia de la estudiante en el aula le manifiesta que no va a poder realizar las actividades que ella propone por la discapacidad que presenta y que por lo tanto no va a poder recibir la certificación correspondiente.
Ante esta situación la estudiante se acerca a la dirección a dialogar con el Director y plantearte la situación.
El Dirección opta por convocar a la docente involucrada para buscar una solución consensuada. Sin embargo, en el contexto de la reunión la docente insiste en que la estudiante no puede pertenecer a su grupo clase.