Cuatro educadoras, cuatro historias: la escuela Mariano Moreno celebra la jubilación como un nuevo comienzo

En la Escuela N° 1-032 Mariano Moreno, cada jubilación no se vive como una despedida, sino como una celebración. Así lo expresó su directora, la Lic. María Alejandra Balbarria, al rendir homenaje a cuatro docentes que, tras años de vocación y entrega, iniciaron una nueva etapa en sus vidas.

“Celebramos cada vez que una compañera llega a la etapa de la jubilación porque es un nuevo capítulo que comienza”, afirmó la directora, destacando el valor humano y profesional que cada una dejó en la comunidad educativa.

Lejos de representar un cierre, la jubilación fue el punto de partida de nuevas búsquedas, proyectos y aprendizajes. Así lo demuestra una breve encuesta realizada por la escuela a las docentes ya jubiladas, quienes compartieron cómo viven hoy esta etapa llena de posibilidades:

  • Zulma Pérez, auxiliar de informática educativa, se jubiló en 2023 y encontró una nueva vocación en el diseño: actualmente se dedica a un emprendimiento de decoración para el hogar.
  • Alejandra López, también auxiliar de informática educativa, vivió su jubilación como un momento para el descanso, el reencuentro con su familia y el autocuidado. Viajó a La Pampa, comenzó pilates y está por iniciar un curso de inglés a distancia. Su mayor alegría, dice, es “no programar el reloj los domingos”.
  • Marisa Flores, docente de grado cuyo último grupo fue 5° año, mantiene su espíritu activo con un taller de carpintería, clases de francés, yoga y caminatas diarias. Recomienda a otros jubilados “generar nuevos proyectos” para continuar creciendo.
  • Adriana Giménez, docente MATE, se jubiló en 2025. Hoy disfruta de su tiempo sin horarios, con serenidad, y honra el legado de su padre colaborando en la gestión de diversos trámites administrativos.

A través de sus testimonios, las docentes coincidieron en que los primeros momentos pueden despertar emociones diversas: alivio, nostalgia, orgullo e incertidumbre. Sin embargo, todas destacaron los beneficios de esta etapa: más tiempo para la familia y los afectos, menos estrés, flexibilidad para elegir y, sobre todo, oportunidades para crear y compartir desde otro lugar.

“Han dejado huellas profundas en cada uno de los alumnos, quienes llevan consigo no solo saberes, sino sueños que ustedes ayudaron a sembrar”, expresó la directora Balbarria con gratitud.

La comunidad de la Escuela Mariano Moreno agradece la entrega, pasión y compromiso de estas cuatro educadoras. Su ejemplo sigue iluminando pasillos, aulas y corazones, incluso después del último timbre.

Fuente: Escuela N° 1-032 Mariano Moreno

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