En el marco del acto académico de una nueva promoción, la institución lasherina, festejó con orgullo el egreso estudiantil y el impacto de la educación como legado familiar, con el traspaso de Banda de la Bandera Nacional entre madre e hija.
El CEBJA 3-202 Paso de Uspallata, de Las Heras, celebró su acto de fin de ciclo lectivo en el auditorio “Gran Hotel Uspallata” con una ceremonia que trascendió lo protocolar para convertirse en un testimonio de la potencia transformadora de la educación.
El acto académico no sólo reflejó el egreso de una nueva promoción, sino el impacto real de la educación de jóvenes y adultos cuando se trabaja desde la inclusión y el fortalecimiento de los lazos familiares.
En una jornada donde la emoción fue la protagonista, con una postal inolvidable, Rubensa Chapana, con 37 años, Primera Escolta Nacional entregó la Banda de la Bandera Nacional a su sucesora, su Mamá, Segundina Chapana, de 55 años, quien, por su destacado desempeño, resultó elegida para tal honor junto al Cuerpo de Bandera integrado también por la Abanderada María Rosales, de 42 años y la Segunda Escolta Alcira Condorí, de 51.
Durante el ciclo lectivo 2025 la institución albergó no solo a madre e hija, sino también a dos integrantes más de la misma familia, quienes compartieron aprendizajes escolares y vivencias en el mismo establecimiento, convirtiendo la educación en un anhelo conjunto, cumplido con todo el corazón, para demostrar que la educación de adultos es un proyecto que se construye en comunidad.
La historia de superación comenzó en 2024 cuando Rubensa y sus familiares Aníbal Giménez de 31 años y Nancy Giménez, de 38, decidieron retomar sus estudios primarios. Tras un año de esfuerzo, los tres estudiantes lograron culminar sus estudios de Nivel Primario y, además, obtuvieron el honor de ser Abanderados y Escoltas durante el ciclo lectivo 2025.
Este año, no solo terminaron el Ciclo Básico de Nivel Secundario, sino que consiguieron algo aún más profundo: contagiar las ganas de aprender a su entorno más cercano. Fue Rubensa quien, con su ejemplo y aliento constante, motivó a su madre Segundina a inscribirse para terminar la primaria, convirtiendo, así, al CEBJA 3-202 en un segundo hogar para la familia.
Segundina expresó que “ver a mi hija entregarme la bandera es el orgullo más grande. Compartir la escuela con ella y con mis otros familiares me dio la fuerza para cumplir el sueño que teníamos pendiente, gracias a esta hermosa institución que hace tanto por el bienestar de los jóvenes y de los adultos de Uspallata que quieren terminar de estudi.
Al respecto, la Asesora Pedagógica, Graciela Morales, señaló que “nuestra labor consiste en validar los saberes previos y las vivencias de cada estudiante para transformarlos en aprendizajes significativos. Cuando la escuela logra dialogar con la realidad del alumno, la educación deja de ser un trámite para convertirse en una herramienta de empoderamiento personal y familiar”.
Por su parte, la profesora Alejandra Estrella agregó que “el objetivo de nuestras instituciones es trabajar con la comunidad. Que una familia comparta el ciclo lectivo y que hoy veamos este traspaso de la Banda Nacional, entre madre e hija, es la prueba de que la educación es la herramienta de inclusión más potente que tenemos; creamos lazos con las familias y garantizamos que el paso de todos los estudiantes por la escuela sea un puente hacia una vida mejor”.
La Promoción 2025 del CEBJA no solo dejó nuevos egresados, sino una lección de vida: “nunca es tarde para aprender”, y el camino que otorga la Modalidad de Educación de Jóvenes y Adultos hace que ese recorrido sea más humano, significativo y transformador, permitiendo que el aula se convierta en un espacio donde los sueños personales se celebran como logros de toda la comunidad. En ese sentido, la labor de instituciones como el CEBJA de Uspallata, imparten conocimientos, construyen ciudadanía y cumplen anhelos postergados a través del esfuerzo compartido. Desde la institución, entre felicitaciones y agradecimientos, se destacó que este logro es fruto de un acompañamiento pedagógico de cada uno de los profesores que cada día trabajan y motivan un aprendizaje centrado en las experiencias de vida de los egresados y las familias, que demostraron que impulsados por el corazón y con dedicación, los sueños se pueden cumplir.







Fuente: Prensa DGE



