Con la implementación del programa “Líder de Asistencia”, la institución busca recuperar el hábito de ir a clases y fortalecer los vínculos escolares.
Después del impacto de la pandemia, la vuelta a la presencialidad trajo consigo una esperada sensación de normalidad. Las aulas se llenaron nuevamente de voces, preguntas y aprendizajes. Sin embargo, con el paso del tiempo, la Escuela N° 1-032 Mariano Moreno —ubicada en pleno corazón de la Ciudad de Mendoza— comenzó a detectar un problema persistente: el ausentismo injustificado.
La institución, que recibe estudiantes no solo de la Ciudad, sino también de los departamentos vecinos de Las Heras y Guaymallén, enfrenta un desafío particular. Al no pertenecer a un barrio específico, su matrícula es diversa y móvil. Muchas familias eligen esta escuela por su ubicación céntrica, cercana al trabajo o con buenas referencias, pero las dificultades cotidianas hacen que algunos estudiantes falten sin justificación clara.
Entre la rutina y la realidad familiar

Cuando se convoca a las familias a firmar actas compromiso, los motivos que mencionan son variados: falta de organización en el hogar, alquileres temporarios, trabajos independientes con horarios superpuestos, o situaciones de tenencia compartida entre progenitores. Paradójicamente, la enfermedad del estudiante aparece como una de las causas menos frecuentes.
Frente a este escenario, la escuela encontró una herramienta clave: el programa Líder de Asistencia, una política educativa que designa a un referente exclusivo para monitorear la asistencia y generar estrategias de acompañamiento.
Una tarea constante y comprometida
La Prof. Laura Parente, actual líder de asistencia de la escuela, despliega un trabajo constante y comprometido para garantizar que los estudiantes asistan regularmente. Su tarea va más allá de los registros: incluye llamadas telefónicas, reuniones con familias y docentes, visitas domiciliarias, derivaciones al gabinete psicopedagógico (DAE), seguimiento en cuadernos de comunicación y coordinación en red con otros actores del sistema.
Además, Parente implementa acciones motivadoras para los estudiantes: entrega de diplomas, premios, y una cartelera con fotos y nombres de los grados que logran “asistencia perfecta”, tanto diaria como mensual. Estas menciones, realizadas en voz alta y con entusiasmo, generan un clima de reconocimiento que involucra también a las familias.
Según su experiencia en el campo, las inasistencias injustificadas son más frecuentes en los grados del primer ciclo, lo que representa su mayor desafío.
Resultados visibles y metas sostenidas
Desde el inicio del ciclo lectivo 2025, el trabajo de la Prof. Parente ya muestra frutos. Durante el mes de mayo, varios cursos alcanzaron la asistencia perfecta. Se destacan los grupos de 5to B, 7mo A y, especialmente, 7mo B, liderado por la Prof. Analía Garro, que mantuvo el compromiso por más tiempo.
La directora del establecimiento, Lic. María Alejandra Balbarria, subraya la importancia de recuperar el hábito de asistir a clases: “La presencialidad favorece la interacción social, el aprendizaje activo, y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. La asistencia debe volver a ser una costumbre natural en la vida escolar”, afirmó el pasado 17 de junio.
Un camino hacia la reconstrucción del vínculo escolar
La Escuela Mariano Moreno demuestra que, con estrategias sostenidas, compromiso institucional y participación de las familias, es posible revertir el ausentismo. Más allá de las estadísticas, se trata de reconstruir el lazo cotidiano con la escuela, un espacio que no solo enseña, sino que acompaña, contiene y prepara para la vida.
Con pequeños logros que se celebran en comunidad, la escuela avanza en la recuperación del valor de estar presentes.
Fuente: Escuela N° 1-032 Mariano Moreno