Una escuela urbano/marginal, única oferta en un distrito que también recibe alumnos del contexto agrícola. Un alumno de 10 años, al día 30 de mayo no ha asistido regularmente a clase.
El alumno convive con su padre y dos hermanos uno de 18 años y otro de 12. Su madre falleció en 2015. No cuentan con teléfono ni conectividad. La única vía de comunicación es a través del padre en forma personal en su propiedad rural. Los tres hermanos y su padre se dedican al cultivo de hortalizas, frutales y cría de animales. En el ciclo lectivo anterior, el alumno presentó una asistencia intermitente llegando a alcanzar 80 inasistencias, por ese entonces ante las entrevistas con directivos el padre informó que el estudiante empezaría a asistir cuando terminara el período de cosecha porque de esa forma el padre estaría más tiempo en la casa.
En el presente ciclo lectivo, al 21 de mayo el alumno cuenta con 45 inasistencias y a la fecha registra muy pocas calificaciones de proceso.
El directivo procede a realizar una visita domiciliaria, dialoga con el padre y este manifiesta conocer la obligatoriedad de la escuela pero que necesita la presencia del estudiante en el hogar debido a la cantidad de hurtos que se producen en la zona durante el día y le propone a la autoridad escolar que él personalmente buscaría las tareas a la escuela una vez por semana y se ocuparía que las copie.
El Equipo Técnico Educativo realizó intervenciones que no modificaron la situación del estudiante.
Dado que el estudiante asistía esporádicamente, el equipo directivo no denunció ni activó los protocolos. Si bien se informó a ETI, este organismo se excusó diciendo que no constataban, maltrato, abuso o trabajo infantil.