La situación se desarrolla en un CCT ubicado en zona rural de la provincia con una matrícula de 104 alumnos. Su horario de funcionamiento es turno tarde ya que en el turno mañana funciona otro nivel de educación obligatoria.
La institución es la única oferta educativa de su tipo en la zona por lo que asisten jóvenes desde los 17 años.
La actividad económica de las familias está relacionada con las labores agrícolas en las fincas de las zona, en muchos casos, los trabajadores se deben desplazar varios kilómetros para llegar a otras fincas, saliendo de sus domicilios muy temprano en la mañana y regresando durante la tarde noche, por lo que la participación de las familias es escasa en las actividades del CCT, sólo suelen asistir cuando se realiza algún acto escolar.
El Director es suplente, desempeñándose en el cargo desde hace 3 años, aunque es titular en la escuela desde hace 15 años.
Durante un recreo una docente del área textil, observa que una estudiante de 17 años que ingresó hace unos meses está llorando, le preguntó qué le pasaba, a lo que la estudiante le respondió que no era nada, que no se sentía bien.
La docente expresó que, si la estudiante necesitaba algo, podía contar con ella. La misma se encuentra en cambio de funciones, además de actividades administrativas, suele cumplir funciones de tutoría para monitorear casos de inasistencias repetidas de los estudiantes.
Durante algunos días la docente continuó observando a la estudiante porque la notaba rara y en un recreo volvió a acercarse para consultarle cómo estaba. La joven inmediatamente comenzó a llorar, entonces la docente la llevó a una sala que suelen usar los profesores. Cuando la joven se tranquilizó pudo contarle que había estado en una relación con el celador de la escuela, pero que como ella no quería continuar, el hombre de 27 años la había amenazado con mostrar unas fotos íntimas que tenía de ella. La docente explicó que debía registrar el relato de la joven en el Libro de Actas de la escuela y le sugirió que hablara con su mamá sobre lo que estaba pasando. La estudiante expresó que no se lo había contado a su mamá por temor a que se enoje. Cuando se le preguntó desde cuándo estaba sucediendo eso, la joven manifestó que desde hacía un mes.
La docente, de manera inmediata salió en busca del Director para contarle lo sucedido y activar protocolo pero el Director le respondió que no es la primera vez que sucede, que las chicas se involucran con la gente de la escuela y después vienen los problemas. La docente continuó insistiendo al director que hiciera algo, ante esta situación el director llamó telefónicamente a la madre y la citó para que se presentara de manera urgente en la escuela. Cuando la madre asistió, al día siguiente, y tomó conocimiento de lo expresado por su hija, manifestó que la estudiante “se hacía problema por cualquier cosa”, “que no tenían que preocuparse, que cuando el celador se cansara y comenzara a salir con otra chica la iba a dejar de molestar”. La reunión quedó registrada en el libro de Actas.