Escuela Técnica del nivel secundario de zona urbana, funciona en turno mañana y tarde. Posee una matrícula de 605 estudiantes y un promedio de 30 estudiantes por curso. El porcentaje de asistencia anual es del 70%. El porcentaje de estudiantes críticos en Fluidez lectora es del 16%. La bonificación por zona es del 10%.
El 60% de la planta funcional es titular en el cargo/función, en los últimos dos años se registró un importante número de jubilaciones, cambios de funciones y licencias cortas, por lo que aumentó el número del personal suplente “estable” y transitorio en la institución. Cuatro docentes se encuentran en cambio de funciones, uno realizando tareas en la secretaría, una docente cumpliendo funciones como coordinadora del área artística y dos docentes desempeñándose como auxiliares de tareas administrativas en la Dirección.
El equipo Directivo está conformado por un director suplente con 18 años de antigüedad en la docencia y 3 años de antigüedad en la gestión directiva y una vicedirectora suplente en el cargo con 21 años de antigüedad en la docencia. Además, la escuela cuenta con el Servicio de Orientación completo.
En el mes de octubre un estudiante de 14 años de edad, alumno regular de 2do año del turno tarde amenazó con un arma blanca a otro compañero del mismo curso. Se le ha descontado 12 (doce) puntos ICE, por faltas leves, su asistencia es regular. El estudiante amenazado se dirigió al SOE e informó a la coordinadora que su compañero le había pedido que se acercara a él, le había abierto la mochila, le había indicado que mirara adentro y señalándole un arma blanca le dijo “mirá lo que te va a pasar si no me dejás de joder”.
De forma inmediata, la coordinadora pedagógica pone en conocimiento a la vicedirectora, quien se dirige al aula e invita al estudiante a salir del curso. La coordinadora, junto con la asistente social, comienzan a hablar con el estudiante y sin oponer resistencia, ni negar la amenaza profesada a su compañero, entrega el arma. La situación queda registrada en el libro de actas de la institución.
Al ser nuevamente entrevistado, el alumno expresa que “se cansó de que XXX lo moleste”; que “le arruinó 1er año y le hizo la vida imposible” y agrega que, este año no quería que le suceda lo mismo. Durante el pasado año y en este presente su compañero ha estado dirigiéndose a él con palabras despectivas como “negro, bolita, inútil, gordo” y que en clase siempre le tiraba cosas para molestarlo. La coordinadora le pregunta por qué no avisó al preceptor cuando empezó esta situación. El estudiante responde que sentía mucha vergüenza dentro de la escuela y que estas cosas “se arreglan afuera de la escuela”.
Se procedió revisar la situación académica de los estudiantes involucrados, la coordinadora pedagógica constató que el estudiante que amenazó tiene todos los espacios aprobados; no tiene espacios pendientes de aprobación y su asistencia es regular y que el estudiante amenazado presenta bajo rendimiento pedagógico, habiendo desaprobado 6 (seis) espacios a lo largo del primer periodo y cuenta con un espacio pendiente de aprobación de 1er año.
Al día siguiente el estudiante no asistió a clase. La asistente social aprovechó para entrevistar al “estudiante amenazado” quien admitió haber tenido estos comportamientos, pero que no lo hacía por maldad, sino por chiste.