La escuela Pérez Esquivel trabaja un proyecto que promueve el compromiso ambiental intergeneracional

La comunidad educativa del establecimiento secundario lleva a cabo una iniciativa transformadora que integra la escuela con la educación ambiental, la soberanía alimentaria y el aprendizaje cooperativo que genera un efecto multiplicador en los estudiantes y sus hogares.

La escuela 4-128 Adolfo Pérez Esquivel, de la ciudad de Mendoza, a cargo de Mariana Marino, junto a los profesores Miguel Sáez, coordinador de la modalidad Economía y Administración y del Proyecto Integrador de 5to año Cooperativa Escolar CooperAPE; Stella Maris Dias, a cargo de la huerta y vivero y Gonzalo Ferazzoli, coordinador de Ciencias Naturales, resaltó su compromiso con la educación y el medio ambiente a través de la implementación del proyecto Huerta Escolar, un recurso de enseñanza-aprendizaje natural que fortalece la responsabilidad social y el desarrollo sostenible en toda la comunidad educativa.

La huerta y el vivero: espacios de aprendizaje y compromiso comunitario

Desde 2021, la institución implementa la Cooperativa Escolar «CooperAPE», una iniciativa que permite a los estudiantes aplicar conocimientos del Bachiller en Economía y Administración en proyectos con fines solidarios. Este enfoque fortalece habilidades como la responsabilidad, el compromiso y el trabajo en equipo, preparando a los jóvenes para su inserción laboral y estudios superiores.

En este contexto, la huerta y el vivero escolar se convierten en espacios de vivencias y aprendizajes prácticos, donde los estudiantes participan activamente en la producción sustentable y orgánica de alimentos. Estas actividades no solo fomentan la reflexión sobre la relación entre los seres humanos y el ambiente, sino que también promueven la soberanía alimentaria y el uso de recursos locales en armonía con la naturaleza.

Un proyecto interdisciplinario proyectado a la comunidad

El proyecto de huerta y vivero escolar involucra diversas áreas del conocimiento, integrando saberes de Ciencias Naturales, Matemática, Lengua y Educación Artística con actividades que van desde el cálculo de superficies cultivadas, elaboración de informes sobre variedades de especies cultivadas hasta la creación de cartelería informativa. Además, de promover el uso de prácticas agroecológicas y el reciclaje, fortaleciendo la conciencia ambiental y el compromiso con la comunidad.

Al respecto, Sáez destacó que su implementación representa una experiencia educativa transformadora “que va más allá de la adquisición de conocimientos académicos. Al integrar la producción sustentable de alimentos con la educación en valores y la participación comunitaria, el proyecto contribuye al desarrollo integral de los estudiantes, preparándolos para enfrentar los desafíos del siglo XXI con responsabilidad y compromiso social. Este enfoque interdisciplinario y participativo demuestra cómo la educación puede ser una herramienta poderosa para fomentar la conciencia ambiental, la solidaridad y el empoderamiento de las nuevas generaciones”, expresó el coordinador.

Por su parte Dias y Ferazzoli, declararon que es “fundamental trabajar la temática del cuidado del medio ambiente con nuestros estudiantes, la huerta y el vivero propio de la escuela Adolfo Pérez Esquivel, desarrollados en un espacio urbano, representan todo un desafío que nos permite conectar la teoría con la práctica, transformando la educación ambiental en una experiencia significativa y emocional. A través de actividades como la hidroponía, el lombricompostaje y el invernadero, los estudiantes aprenden la importancia de la biodiversidad y la sostenibilidad, la responsabilidad, trabajo en equipo y el valor del esfuerzo conjunto. Es allí, donde se toma una conciencia ecológica, un mayor respeto por la naturaleza y un desarrollo de habilidades prácticas para ser agentes de cambio”, finalizaron.

En tanto, la comunidad educativa manifestó que el Día Mundial del Ambiente es una oportunidad ideal para reafirmar el compromiso aportando diversas perspectivas y experiencias con la educación ambiental. Las huertas escolares representan una oportunidad de conocer y entender los innumerables problemas ambientales, sociales y económicos que rigen en la actualidad, promoviendo la recuperación de actividades que se han ido aletargando por una sociedad de consumo inmersa en una crisis global. Por ello, es que desde la escuela se propone incentivar a los jóvenes hacia el planteamiento de alternativas y estilos de vida saludables y respetuosos con la sociedad y el medio ambiente.

Fuente: Prensa DGE


 

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